El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un informe titulado “Implicaciones macrofinancieras de los activos digitales”, en el que se advierte sobre los posibles daños que las criptomonedas podrían causar al sistema bancario. Aunque el informe fue elaborado en febrero, solo hoy se ha hecho público. El documento presentado al G20 destaca dos consecuencias puntuales: la pérdida de depósitos y la reducción de préstamos.
Aunque es difícil saber si el presagio de un posible coletazo bancario se ha materializado en términos reales, el FMI señala que la expansión generalizada de los activos digitales conlleva riesgos significativos para la eficacia de la política monetaria, la gestión de las tasas de cambio, las medidas de administración de movimientos de capitales y la sustentabilidad impositiva. También se podrían necesitar cambios en las tenencias de las reservas del banco central y en la red de seguridad financiera mundial, lo que podría generar inestabilidad. Por último, los bancos podrían perder los depósitos y tendrían que reducir los préstamos.
El informe concluye que, aunque los riesgos de estabilidad financiera no se consideran primordiales por ahora, los mercados de criptomonedas podrían llegar a un punto en el que representen un riesgo sistémico para la estabilidad financiera. Es importante considerar cuidadosamente las implicaciones macrofinancieras de una mayor adopción global de criptomonedas, especialmente en países donde ya está generalizada la adopción y la digitalización de los servicios financieros y los activos reales pueden estimular la demanda de criptoactivos.
El FMI ha sido crítico con las criptomonedas en varias ocasiones. En febrero, publicó un informe sobre los “Elementos de políticas efectivas para criptoactivos”, que desarrolló un marco de nueve principios de política que abordaron cuestiones macro financieras, legales y regulatorias y de coordinación internacional. Además, en una entrevista reciente, el director de mercados monetarios y de capital del FMI, Tobias Adrian, señaló un conflicto fundamental entre las técnicas de regulación bancaria convencional y el sector cripto, debido a la naturaleza anónima de las transacciones.
En febrero, el FMI también criticó la elección de El Salvador de hacer que Bitcoin sea moneda de curso legal en una declaración sobre la economía del país.